4.10.25

La verdad

Juan Bonilla
Tu verdad no.
Tampoco la Verdad.
Ni mi verdad siquiera.
Ya no es más que el sueño antiguo
de unos fundamentalistas,
de curas,
de militares,
de publicistas siniestros,
de los líderes políticos
y de ancianos timoratos.
Ni la de Agamenón
ni la verdad de su porquero.
No te pongas a buscarla
ni en los libros ni en la vida,
ni en los ojos de otros seres
ni en los espejos nocturnos.
Que La Verdad ya no es más
que un periódico de Murcia.

25.9.25

Insomnio

 Juan Bonilla


No me deja dormir el ruido que hacen los astros al girar constantemente.

No me deja dormir el ruido que hacen los desiertos del mundo al extenderse.

No me deja dormir el ruido que hace al inclinarse la Torre de Pisa.

No me deja dormir el ruido que hacen las palomas al destruir las catedrales góticas.

No me deja dormir el ruido que hacen los cuerpos que se están amando ahora.

No me deja dormir el ruido que hace el tiempo al caminar, arrastrando cadenas que están hechas con sueños de los que ya se han dormido.

21.5.24

Pero sucede

Eduardo Jordá (Palma de Mallorca, 1956)

No sabemos por qué, pero sucede.
Una niña perdida vuelve a casa.
El cielo se abre en dos, y nos acoge.
Los muertos nos susurran al oído.
Un testigo prefiere la verdad
al dinero o la calma. Un ambicioso
rechaza la injusticia provechosa.
En una celda inmunda, un pobre diablo
se niega a delatar a un compañero.
Una mujer y un hombre -o bien dos hombres,
o dos mujeres- se aman hasta el fin.
Y una familia entera, en la cámara
de gas, se abraza y da gracias a Dios. 
Llueve y llueve en mitad de un gran desierto.

Tortura

Wislawa Szymborska (Polonia; Kórnik, 1923; Cracovia, 2012)

(Traducción: Abel A.Murcia)


Nada ha cambiado.

El cuerpo es doloroso,
tiene que comer y respirar, y dormir,
tiene una piel delgada y justo debado de ella, sangre;
tiene una considerable cantidad de dientes y uñas,
sus huesos son frágiles, sus articulaciones moldeables.
En las torturas, se tiene en cuenta todo eso.

Nada ha cambiado.
El cuerpo tiembla como temblaba
antes y después de la fundación de Roma,
en el siglo veinte antes y después de Cristo;
las torturas son como eran, sólo la Tierra se ha hecho más pequeña,
y cualquier cosa que pasa sucede en la casa del vecino.

Nada ha cambiado.
Únicamente hay más gente,
junto a antiguas culpas aparecieron nuevas,
manipuladas, reales, momentáneas y no culpas,
pero el grito con el que el cuerpo responde por ellas
era, es y será un grito de inocencia,
según una escala y un registro eternos.

Nada ha cambiado.
O sólo los modales, las ceremonias, los bailes.
El movimiento de las manos protegiendo la cabeza
sigue, no obstante, siendo el mismo.
El cuerpo se retuerce, forcejea, convulsiona;
cae derribado, contrae las rodillas,
se amorata, se hincha, babea y sangra.

Nada ha cambiado.
Excepto el curso de los ríos,
la línea de los bosques, de las costas, de los desiertos y de los glaciares.
Entre estos paisajes el alma vaga,
desaparece, regresa, se acerca, se aleja,
extraña para sí misma, inasible,
una vez segura, otra insegura, de su existencia,
mientras que el cuerpo está y está y está
y no tiene dónde meterse.

***

TORTURY

Nic się nie zmieniło.
Ciało jest bolesne,
jeść musi i oddychać powietrzem i spać,
ma cienką skórę, a tuż pod nią krew,
ma spory zasób zębów i paznokci,
kości jego łamliwe, stawy rozciągliwe.
W torturach jest to wszystko brane pod uwagę.

Nic się nie zmieniło.
Ciało drży, jak drżało
przed założeniem Rzymu i po założeniu.
w dwudziestym wieku przed i po Chrystusie,
tortury są, jak były, zmalała tylko ziemia
i cokolwiek się dzieje, to tak jak za ścianą.

Nic się nie zmieniło.
Przybyło tylko ludzi,
obok starych przewinień zjawiły się nowe,
rzeczywiste, wmówione, chwilowe i żadne,
ale krzyk, jakim ciało za nie odpowiada,
był, jest i będzie krzykiem niewinności,
podług odwiecznej skali i rejestru.

Nic się nie zmieniło.
Chyba tylko maniery, ceremonie, tańce.
Ruch rąk osłaniających głowę
pozostał jednak ten sam.
Ciało się wije, szarpie i wyrywa,
ścięte z nóg pada, podkurcza kolana,
sinieje, puchnie, ślini się i broczy.

Nic się nie zmieniło.
Poza biegiem rzek,
linią lasów, wybrzeży, pustyń i lodowców.
Wśród tych pejzaży duszyczka się snuje,
znika, powraca, zbliża się, oddala,
sama dla siebie obca, nieuchwytna,
raz pewna, raz niepewna swojego istnienia,
podczas gdy ciało jest i jest i jest
i nie ma się gdzie podziać.

26.12.23

Los seres humanos

José Agustín Goytisolo

Contemplad, qué activo sigue siendo,
qué bien se conserva
en nuestro siglo el odio.
Con qué ligereza afronta grandes obstáculos.
Qué fácil para él saltar, atrapar.
No es como otros sentimientos.
Es más viejo y más joven que ellos al mismo tiempo.
Él mismo crea razones,
que lo despiertan a la vida.
Si se queda dormido, no es nunca el suyo un sueño eterno.
El insomnio no le quita fuerza, antes se la da.
Con religión o sin ella,
lo importante es arrodillarse en la salida.
Con patria o sin ella,
lo importante es lanzarse a correr.
Para empezar no está mal eso de la justicia.
Después ya corre solo.
¡Odio! ¡Odio!
Su rostro lo desfigura una mueca
de éxtasis amoroso.
¡Ay estos otros sentimientos,
enclenques e indolentes!

19.12.23

Te preguntas para qué has de escribir

Eleonora Requena

Te preguntas para qué has de escribir
si ante el libro de poemas predilecto
todas las palabras nombran lo que
tus sueños dibujaron
y estas pleno de imágenes ajenas
te conmueves con un mínimo sonido
el soplo de las cosas persistiendo
mientras entras en la tarde
y ya es imperativa tu renuncia
entonces entiendes que callar
es el poema

17.4.23

Temps enrera


Gabriel Ferrater

Deixa'm fugir d'aquí, i tornar al teu temps.
Trobem-nos altre cop al lloc de sempre.
Veig el cel blanc, la negra passarel.la
de ferros prims, i l'herba humil en terra
de carbó, i sento el xiscle de l'exprés.
L'enorme tremolor ens passa a la vora
i ens hem de parlar a crits. Ho deixem córrer
i em fa riure que rius i que no et sento.
Et veig la brusa gris de cel, el blau
marí de la faldilla curta i ampla
i el gran foulard vermell que duus al coll.
La bandera del teu país. Ja t'ho vaig dir.
Tot és com aquell dia. Van tornant
les paraules que ens dèiem. I ara, veus,
torna aquell mal moment. Sense raó,
callem. La teva mà sofreix, i fa
com aleshores: un vol vacil.lant
i l'abandó, i el joc amb el so trist
del timbre de la bicicleta. Sort
que ara, com aquell dia, uns passos ferris
se'ns tiren al damunt, i l'excassiva
cançó dels homes verds, cascats d'acer,
ens encercla, i un crit imperiós,
com l'or maligne d'una serp se'ns dreça
inesperat, i ens força a amagar el cap
a la falda profunda de la por
fins que s'allunyen. Ja ens hem oblidat
de nosaltres. Tornem a ser feliços
perquè s'allunyen. Aquest moviment
sense record, ens porta a retrobar-nos,
i som feliços de ser aquí, tots dos,
i és igual si callem. Podem besar-nos.
Som joves. No sentim cap pietat
pels silencis passats, i tenim pors
dels altres, que ens distreuen de les nostres.
Baixem per l'avinguda, i a cada abre
que ens cobreix d'ombra espessa, tenim fred,
i anem de fred en fred, sense pensar-hi.



Traducció de Mª Ángeles Cabré

Tiempo atrás

Déjame huir y volver a tu tiempo.
Véamonos de nuevo donde siempre.
Veo el cielo blanco, la negra vía
de hierros finos y la hierba humilde
en tierra de carbón; chilla el expreso.
El enorme temblor nos pasa rozando
y hemos de hablar a gritos. Desistimos,
y me río al ver que ríes y no te oigo.
Veo tu blusa gris de cielo, el azul
marino de la falda corta y ancha
y el gran foulard rojo en el cuello.
Ya te lo dije: la bandera de tu país.
Todo es como aquel día. Regresan
las palabras que dijimos. Y ahora, ves,
vuelve aquel mal momento. Sin motivo,
callamos. Tu mano sufre y hace
como entonces: un vuelo vacilante
y el abandono, y juega con el timbre
triste de la bicicleta. Suerte
que hoy, como entonces, unos pasos férreos
se nos echan encima, y la excesiva
canción de los hombres verdes, con cascos
de acero, nos cerca, y un grito cruel,
como el oro maligno de una sierpe,
inesperado nos hiere, y nos obliga
a esconder la cabeza en la falda
profunda del miedo hasta que se alejan.
Nos hemos olvidado de nosotros.
Somos felices porque se alejan.
Este movimiento sin recuerdo nos acerca,
y somos felices de estar aquí, los dos,
y es igual si callamos. Podemos besarnos.
Somos jóvenes. No sentimos piedad
por los silencios pasados; de otros son
los miedos que nos distraen de los nuestros.
Bajamos por la avenida y a cada árbol
de espesa sombra tenemos frío,
y vamos de frío en frío, sin pensar.